miércoles, 6 de enero de 2010

Mourir d'aimer

- Hola mamá, hola Alice.
Alice me siguió hasta mi habitación con ojos cautos. En cuanto cerré la puerta comenzó a gritar.
- ¡Ev! Me tienes que dejar ese vestido, por favor, por favor, por favor, por favor...
- Ya -le interrumpí- Haz lo que quieras con él, pero le tienes que pedir permiso a Ashley.
- Oh, Ashley no lo querrá si a ti ya te han visto con él puesto -murmuró Alice.
- Pues tienes razón. Es todo tuyo.
- Eres la mejor hermana mayor del mundo.
- Sí, ya. ¿A que se debe tanta felicidad?
Se sonrojó.
- Nada, ¿no puedo estar feliz?
- Vamos, Alice. Hace quince años que te conozco, no me puedes ocultar nada.
- Vale, vale. Tienes razón. Es que he comenzado a salir con un chico...
- Bueno, para que perder tiempo si dentro de una semana ya no estarás con él.
- ¿Cómo puedes decir eso? -me preguntó sorprendida.
- Pues porque hiciste eso con tus últimos cinco novios que conocí.
- ¿Sabes? He cambiado. De echo, en el año que estuviste fuera cambiaron muchas cosas -me espetó.
- Pues me alegro por ti. Vamos no te enfades Alice, eres la mejor hermana pequeña del mundo -le guiñé un ojo.
- Lo sé -y se marchó orgullosa, no sin antes decir- No te olvides de darme el vestido. Ah, y te quiero.
Esta vez si se fue, acompañada de un sonoro portazo. Sonreí. No había cambiado nada.
Bueno, ahora viene la peor parte. Analizar lo que había pasado hoy. Todavía no me creo que haya estado más de tres horas sin pensar en Jake. Vale, ya lo he estropeado. Mejor pensaré en Thomas. ¿Que significa él en mi vida? Es como un soplo de aire fresco... Pero en realidad no sé si quiero volver a enamorarme, siendo sincera si lo sé, y no quiero. El amor es doloroso y amargo. Pensándolo mejor, me estoy volviendo paranoica. Él no me ha dicho que quiera ser mi novio, simplemente somos amigos, eso es. Amigos...

Les parois de ma vie sont lisses, je m'y accroche mais je glisse lentement vers ma destinée: Mourir d'aimer.
Las 09:30 am. El despertador. Y no podría sonar otra canción. Voy a desayunar, así despejo la mente.
- Buenos días -murmuré.
- Buenos días hija. ¿Para qué te has despertado a esta hora? Estás en vacaciones.
- No tenía sueño... -intenté mentir. Cosa que se me daba muy mal, por cierto.
- Claro, claro, Evanna -contestó Alice-. Hace quince años que te conozco -utilizó la misma frase que yo para sacarle información.
- No existen secretos entre nosotras -añadió mi madre.
Secretos. Créeme, mamá, en esto estás muy equivocada. Nunca me gustó mentir a mi familia, y jamás le he ocultado nada. Excepto una cosa. Aquello que nadie sabe, solamente yo, mi padre, Jake y sus horribles amigos. La clave de todo, mi horrible pasado, mi mayor pesadilla... Eso que no pienso recordar ahora.
- He quedado para ir a comer, nada más -susurré mientras me recuperaba de mis horribles pensamientos.
- ¿Con Emma y Ashley? -puntualizó mi hermana.
- No.
Y sin mas preámbulos, me marché. Ir a desayunar no había sido una buena idea. Mejor me doy una ducha y ya me compraré el café fuera.
El agua refrescante en verano es un muy buen medio para despejar la mente, y te hace sentir más viva. Bueno, lo último no se aplica en mi caso, ya que yo no tengo remedio. La vida para mi se acabó.